La Totalidad y la Federación
La Totalidad es la entidad gubernativa humana más grande que haya existido jamás. Como su nombre indica, pretende abarcar la totalidad de la Humanidad y los lugares donde allí se haya esparcido, sin excepciones.
(Para un detalle más extenso de su composición, véase Organización administrativa de la Totalidad.)
Obviamente, las pretensiones de la Totalidad no son aceptadas por todos los habitantes de todos los rincones del Universo. La propia Totalidad se refiere a sí misma como una ambición, no como un hecho. Y es esa propia ambición el motor de la propia organización. De otra forma: el ansia de plenitud es la fuerza motriz.
Formalmente, la Totalidad es una entelequia plausible perseguida por la Federación. La Federación es, jurídicamente, el gobierno general de todas las organizaciones humanas adheridas a la idea de la Totalidad. Medio centenar de sistemas solares y unas doscientas colonias menores son miembros de pleno derecho de la Federación. Además, otros veintisiete planetas están asociados a la Federación en distintos grados. Se calcula que el 90% de la población humana es ciudadana de alguna entidad miembro o asociada, y el 77% pertenece a naciones de pleno derecho. La división Federación y Totalidad, entre el presente real y el futuro deseado, suaviza las diferencias y facilita la adhesión de diferentes naciones, especialmente a través del comercio, al que los detractores de la Totalidad califican de virus invasivo.
Los altos funcionarios de la Totalidad se refieren a sí mismos como cargos federales, y la propia Totalidad se anuncia como “la Federación”. Es un intento de separar las ambiciones declaradas de los estatutos jurídicos. El público en general usa los dos términos, Federación y Totalidad de forma indistinta en una metonimia coloquial socialmente aceptada.
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