La promesa
"La promesa" es el contrato que los astronautas de la antigüedad firmaban con el concilio. Los términos del contrato estipulaban que los astronautas cobrarían un sueldo depositado en la Tierra, y sus intereses, cuando fueran alcanzados por una expedición hiperluz. Así mismo, los astronautas podían ganar considerables fortunas, ya que obtenían derechos preferentes para la explotación de las riquezas minerales que pudieran encontrar, así como ventajas considerables en las colonias que fundaran.
En virtud de la dilatación relativista del tiempo, los astronautas experimentarían menos tiempo de viaje, mientras que en la tierra pasaba mucho más tiempo. Así, un astronauta que viajara siguiendo una brachistocrona a una aceleración constante de 1 g, podría pasar 5 años en su nave, mientras que en la Tierra habrían de pasar 83 años.
De esa manera, el incentivo del concilio para las expediciones es que en 5 años un astronauta se hacía considerablemente rico y obtenía una posición y tierras en un mundo nuevo.
Aspectos de la promesa
Aunque en el imaginario popular pesaba sobre todo el atractivo de un rápido enriquecimiento, la promesa incluía otros aspectos relevantes. El mecanismo de la promesa garantizaba que una administración futura reconocería unos derechos prometidos por una administración anterior, especialmente en lo referido a exenciones de impuestos, royalties, indemnizaciones, propiedad de tierras, derechos de paso y peaje, y otras sinecuras.
Promesa pública
Se denomina promesa pública a los incentivos otorgados a las expediciones fletadas por el Concilio o, en su defecto, aprobadas por el mismo. En su mayoría corresponde a expediciones interiores al Radius, y casi todas son expediciones de la primera manga. Los fondos y contratos estaban respaldados por las autoridades bancarias.
Promesa privada
Algunas expediciones se fletaron por iniciativa privada, pero los productos financieros fueron respaldados por las autoridades y los derechos reconocidos por el Concilio. Las promesas privadas fueron mayoría en la segunda manga, cuando las autoridades consideraron que no era necesario incentivar más migraciones.
Sin promesa
Algunas pocas expediciones se fletaron sin promesa, o la promesa fue cancelada cuando se descubrió que los armadores habían mentido. Se da por desaparecidas a la mayoría. Muchas otras son pequeñas naves semilla cuyo inventario sigue siendo incierto.
La Fundación Baxter
Desde la institución de la promesa, la Fundación Baxter vela por el mantenimiento y cumplimiento del pacto de la promesa pública. Sus delegados siguen aguardando el regreso de algunos antiguos.